Tania Ivanova (Gomel, Bielorrusia) Tatiana Petrovna Ivanova, profesora de la escuela Municipal de Música de Gomel (Bielorrusia), no era capaz de poner orden en la pequeña revolución infantil causada por la inoportuna rotura de la quinta cuerda del violín de la pequeña Elena Tcharina. —¡No os riáis! No debemos reírnos de las desgracias de los demás. ¿No veis que a la pobre Elena todavía le duele la nariz? Llamó a la pequeña Elena que todavía gimoteaba frotándose la nariz, la sentó sobre sus rodillas y trató de consolarla: —Hasta al gran Nicolo Paganini debió de sucederle alguna vez que una cuerda de su violín le golpeara la nariz. Bueno, vamos a ver, ¿tienes una cuerda de repuesto? —Lo siento señorita Ivanova, pero no tengo. Ya se lo dije a mi papá, que me comprara un juego de cuerdas de recambio, pero me dijo: «Elena, ándate con cuidado y no rompas ninguna cuerda del violín que no estamos para muchos gastos». Por eso lloraba, señorita Ivanova, no porque me doliera la nariz. Llorab