Conferencia sobre el clima: hipocresía XXL


Estamos intentando limpiar el cielo de carbono ¡a cambio de contaminar la tierra con residuos radioactivos!

La mayoría de constructores de automóviles están invirtiendo millones de euros en el desarrollo de coches eléctricos porque los políticos les han asegurado que habrá subvenciones. Creen que la electro-movilidad limpiará los cielos de las grandes ciudades, que son la mayoría de votantes.
Por su parte los fabricantes confían en que el precio de la electricidad se mantenga a los valores actuales, que es practicamente regalada.
Por pura lógica del mercado, si aumenta la demanda, como es comprensible que suceda, aumentará el precio, por lo que los automóviles eléctricos serían prohibitivos… a menos que aumente también la producción. ¿Cómo?, ¿con molinillos, placas solares, mareas? No seamos ingenuos, ¡con más centrales nucleares! ¡Más residuos radioactivos y más potenciales riesgos de accidentes nucleares!
Por su parte los fabricantes de automóviles en lugar de ser consecuentes con la dinámica de mejorar el medio ambiente en todos los sentidos, en lugar de aprovechar la coyuntura y diseñar un nuevo concepto de automóvil más ligero y compacto, y con el menor consumo de electricidad posible, diseñan pesados automóviles convencionales, con todos sus lujos y extravagancias (con la excepción de Citröen).

Sobre la energía nuclear

El 16 de julio de 1945, en el Centro de Investigaciones del Ejército Norteamericano en Los Álamos, Nuevo México, un grupo de científicos estrechamente vigilados por los militares, ¡firmaron el certificado de defunción de la humanidad! ´
No, no exagero ni soy un iluminado. La desintegración de los átomos del plutonio hizo algo que no estaba previsto por el mismo Dios, y voy ha exponer este argumento en clave teológica porque así se entenderá mejor.
La vida no comienza en el átomo, sino en las células. El átomo pertenece a la dimensión de lo “divino” y para probar que no pertenece a la naturaleza, que es necesariamente dual y finita, pondré dos sencillos ejemplos.
Si con ayuda de nuevos o más potentes aceleradores de partículas llegásemos a la conclusión de que la serie de sub-partículas parece infinita o si admitimos que la división tiene un límite, en ambos casos la estructura real del átomo excede nuestra capacidad de concebirlo, porque lo infinito es una cualidad de lo divino, y en el segundo caso la última partícula no tendría en que sustentase, y quedaría suspendida en la nada, lo que para nosotros es una idea tan inconcebible como es la de Dios, con lo que tenemos la prueba de que el átomo está relacionado con la fuerza creadora de la naturaleza, y que de alguna manera debe contener la información que guía la evolución como predestinación, que sumado a las condiciones ambientales, enunciadas por Darwin, da forma a la diversidad y la especialización, en el que está incluida la aparición de la ¡supuestamente inteligente especie humana! Y como la naturaleza es todo aquello que está vivo o muerto, lo que no está ni vivo ni muerto, como son los átomos, podemos decir que son la anti-naturaleza, o en términos teológicos, lo sobre-natural.
Por tanto, desintegrar el átomo es como desintegrar a una parte de Dios para “robarle” su energía y utilizarla para satisfacer nuestras supuestas necesidades y en algunos casos, matar con rapidez y eficacia a miles de hombres, mujeres y niños, supuestamente merecedores de semejante castigo por alguna grave falta cometida contra los atacantes.
Si no son bastantes los argumentos ya expuestos sobre la condición sobre-natural del átomo y sus similitudes con lo que entendemos como Dios, al menos según la concepción panteísta del ateo Spinoza, Dios, como el átomo, son omnipresentes, pues no existe ningún espacio natural que no contenga átomos. Ambos son omniscientes, pues como ya he dicho, el átomo debe contener información, y son eternos e infinitos.

Einstein: ¿héroe o villano?

Einstein puede considerarse un héroe para la comunidad científica y para la mayoría de la humanidad, pero es un villano para los muchos que condenamos la manipulación del átomo en cualquiera que sea su aplicación.
Estamos muy lejos de moderar el consumo de utensilios y toda clase vehículos eléctricos, y la competencia obliga a los fabricantes a sumarle prestaciones con el consiguiente aumento del consumo de energía eléctrica.
Si seguimos creciendo a este mismo ritmo la próxima generación tendrá un planeta minado de potenciales bombas atómicas y el subsuelo rebosantes de residuos radioactivos. Por esa razón aseguraba al principio de esta reflexiónG que habíamos firmado nuestra sentencia de muerte, no solo por el potencial de desastres nucleares, sino porque los egoísmos entre las naciones no hacen irreversible la posibilidad de una guerra termonuclear, que sería probablemente la última!