La tres pruebas del Dios del idealismo, que no prueban nada



Aprovechando el estreno en los Estados Unidos del polémico documental «Intelligent-Design», pues se realizó engañando sobre las verdaderas intenciones a los científicos entrevistados, tengo algunos argumentos sobre la aporía que contiene la propia voz «Dios».

Es decir que Dios significa lo que «no puede significar».

En una versión actualizada de las pruebas de la existencia de Dios de Kant serían éstas:

- Si lo bueno ha de ser, Dios ha de ser

- Si lo positivo puede ser ser, Dios puede ser

- Si lo verdadero debe ser, Dios debe ser

En los tres casos el resultado es:

- Dios es algo completamente bueno que aparece

- Dios es algo completamente positivo que consiste

- Dios es algo completamente verdadero que existe

Como pensamiento idealista el final de este razonamiento no nos dice que Dios es algo en concreto, sino simplemente que es algo en abstracto. Por tanto, podemos decir que se trata de un Dios:

- Sin cualidades morales concretas

- Sin características físicas determinadas

- Sin atributos existenciales específicos

Es decir, el idealismo nos ofrece de Dios una idea absoluta sin forma de ser concreta, excepto algo absoluto, como es la esfera o el uno. Por esta razón el dilema en torno a Dios es sobre si puede existir algo que sea perfecto, pero que no puede verse, sentirse o concebirse.

Pero si Dios tuviera una forma concreta y particular de ser la propia voz «Dios» carecería de sentido, pues la voz Dios no puede significar lo que no es absolutamente perfecto en todos los sentidos, es decir, no puede consistir en algo concreto sino en un todo absoluto.

Sin embargo la idea del Dios del idealismo soporta estas contradicciones:

- Lo absolutamente bueno no tiene apariencia valorable

- Lo absolutamente positivo no tiene consistente posible

- Lo absolutamente verdadero no tiene existente probable

En el primer caso, el valor de lo bueno depende del valor de lo malo; si no no hay mal tampoco puede haber bien, y si no hay bien nada puede ser absolutamente bueno.

En el segundo caso, el poder de lo positivo depende del poder de lo negativo, si no hay negativo no puede haber positivo, y si no hay positividad nada puede ser absolutamente positivo.

En el tercer caso, la efectividad de la verdad depende de la efectividad de la falsedad, si no hay falsedad tampoco puede haber verdad, y si no hay verdad nada puede ser absolutamente verdadero.

Por tanto lo absoluto es invisible, imposible e inconcebible.

De manera que la voz «Dios» encierra una aporía, y significa lo que «no puede significar», de la misma manera que lo «aparente» no puede significar lo que «no existe». Sería necesario redefinir la voz de dios, pero escrita con minúscula, y otorgándole un sentido concreto, aquel que se refiriese a un dios en particular, como por ejemplo, el «creador del universo», «el padre de la humanidad», etc.

En el politeísmo pagano la voz «dios» carece de contradicción, pues cada dios tenía unas cualidades, características y atributos concretos, pero a partir de una errónea interpretación de las ideas de Platón la voz Dios encierra una contradicción insuperable, es decir, es una aporía.

Pero si no queremos volver al paganismo, la única salida razonable es sustituir la voz de «Dios» por la de «divinidad», estableciendo la diferencia fundametal entre aquello que puede verse, conocerse y entenderse con la mente, es decir, lo humano, y aquello que todavía no se ve, se conoce o se entiende, es decir, lo divino.