El síndrome de Amazon


Era de esperar que de la nación más liberal del planeta surgiese un nuevo concepto del negocio editorial.

Si a esta creativa mentalidad empresarial le sumamos las facilidades que ofrecen los medios digitales de edición y de logística para la distribución, el resultado es Amazon y su sistema abierto de «Edítelo usted mismo».

Por si esta opción no fuera suficientemente innovadora, ahora también tenemos las nuevas impresoras de libros, situadas en las mismas librerías, donde te imprimen el libro que desees mientras te tomas un café o ves un video de promoción.

Gracias a Amazon, y otras editoriales similares, miles de lectores se convierten, prácticamente de la noche a la mañana, en autores, repitiendo las virtudes y los defectos de las lecturas  en las que se ha formado su estilo. El resultado de esta revolución es un auténtico tsunami de más literatura basura, pero también la publicación de algunas obras de autores con talento, rechazados por las editoriales convencionales.

El contraste entre ambas es abismal, pues mientras en Amazon puedes ver tu libro impreso y disponible para la venta por Internet en 72 horas, y que, además, si los lectores suscriben un plan de promoción, reciben tu libro en su domicilio 24 horas después y sin gastos de envío, las editoriales convencionales pueden demorarse hasta dos años en publicarlo, y eso en el poco probable caso de que acepten tu propuesta.

Esta demora tendría justificación si garantizase la elección de obras de gran calidad literaria, lo que no sucede en Amazon, pero, como intentaré demostrar más adelante, lamentablemente no es así. Para colmo, Amazon, y las editoriales de libros  sobre demanda, no exigen la intolerable y abusiva clausula de exclusividad y te ofrecen regalías 3 o 4 veces superiores a las que te ofrece una editorial convencional.

Los efectos del «síndrome de Amazon» ya se está notando con el cierre de numerosas librerías, en especial las que no tienen capacidad ni medios para adaptarse a las nuevas condiciones creadas en el mercado de libros, con margenes comerciales cada vez mas reducidos.

Como todo en esta vida, la aparición de este revolucionario medio de edición tiene su lado positivo y otro negativo. Comencemos por el positivo.

La eficacia de Amazon en la edición y distribución de libros ronda lo asombroso. Los autores cuentan con toda clase de facilidades para la edición de sus libros, tanto en formato digital como en papel. Pueden solicitar hasta cinco ejemplares de prueba al precio de coste de la impresión, y que recibirán en solo  2 ó 3 días. Con lo que si el autor es cuidadoso y exigente, puede hacer una edición impecable. A diferencia de las editoriales convencionales, le permite hacer  tantos cambios   o correcciones como crea necesarios en sucesivas ediciones.

Por último, puede comprar hasta 999 ejemplares de su propio libro a un precio especial, por si desea distribuirlo él mismo, como puede ser el caso de un autor local y un libro de tema también local.

Ahora el lado negativo:

Tantas facilidades estimulan también a malos y descuidados escritores, o escritores de fin de semana, con una abrumadora mayoría de  temas románticos, cuando no simplemente pornográficos. Y lo más lamentable es que inundan y bloquean los buscadores, ocultando los autores con talento.